Una raíz
Siempre había pensado que visitar Disneyland era estar en filas con miles de chamacos corriendo y gritando alrededor y botargas acosándote para que dijeras hola, pagar por marearse en los juegos mecánicos, etc... impresiones falsas y negativas.
Pero la visita que hice ayer al parque me recordó el porqué los niños siempre me sorprenden, me recordó a la niña que fuí y de la que puedo seguir aprendiendo el hecho de que siempre se puede soñar y esperar que los sueños se hagan realidad.....
PD: los príncipes están bieeeeeeeen feos....
mi sueño de niño nunca fue ir a Disneylandia, mi sueño era llegar al final del arcoiris, por mas que caminaba hacia el, nunca llegaba y siempre lo veia mas inalcansable, despues me dijeron que segun la leyenda, al final del arcoiris habia una hoya llena de oro y que la cuidaba un duende, yo pensaba que con razon nunca podias llegar al final, porque el pinche duende no queria quedarse sin su oyota de oro.
pero si entiendo tu ilusión de querer ir a la tierra de la magia.
y por eso me cago crecer, claro, los niños solo persiguen fantasias, mientas los adultos tienen que pagar una lana para que los niños las ancancen.
De hecho no trataba de hablar de los niños, sino de los adultos, se siguen teniendo sueños, en diferente estación, pero sueños al fin y al cabo con menos fantasía, menos color, tal vez algo de oro aun sin arcoiris, quién sabe...
Me conecte acá por ver la Nación de Angello y la verdad que blog tan chingon tienes.Hace muchos ayeres me toco el Christmas Parade en Main street o algo así y es de lo más bello que me ha tocado vivir a pesar de que tenía 14 años lo disfrute mucho,sobre todo las hamburguesas y las malteadas en lo que en ese tiempo era el local de Carnation,las malteadas no tenian madre,te felicito nuvamente por tu blog.