Cuento, cuento....
El día que le contaron de la verdadera profesión del mecánico, se rió, pero guardó el secreto recién contado con la idea de “uno nunca sabe”...
Meses más tarde se enteró de la humillación más grande que podría haber sufrido, ella que había derribado todos los muros para entregarse plenamente en cuerpo y alma a aquel hombre en el que había puesto todos sus anhelos, sueños, desvelos y besos simple y llanamente se había largado con otra... después de noches en vela pensando en el porqué, en el cómo y en el cuándo, el sabor de la ira subió a su boca y enfrió sus pensamientos y recordó aquello de “uno nunca sabe”.Se encaminó por calles estrechas llenas de desperdicios, niños de la calle y perros pulgosos, el lugar tenía un rótulo a mano de taller mecánico. Preguntó por el tipo y él solo respondió: quién es y dónde vive? Ella estuvo presente, tuvo un costo extra pero no importó, el último aliento en la boca de aquel hombre fué para pronunciar su nombre.
Meses más tarde se enteró de la humillación más grande que podría haber sufrido, ella que había derribado todos los muros para entregarse plenamente en cuerpo y alma a aquel hombre en el que había puesto todos sus anhelos, sueños, desvelos y besos simple y llanamente se había largado con otra... después de noches en vela pensando en el porqué, en el cómo y en el cuándo, el sabor de la ira subió a su boca y enfrió sus pensamientos y recordó aquello de “uno nunca sabe”.Se encaminó por calles estrechas llenas de desperdicios, niños de la calle y perros pulgosos, el lugar tenía un rótulo a mano de taller mecánico. Preguntó por el tipo y él solo respondió: quién es y dónde vive? Ella estuvo presente, tuvo un costo extra pero no importó, el último aliento en la boca de aquel hombre fué para pronunciar su nombre.
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