lunes, noviembre 20, 2006

Cuento, cuento....

El día que le contaron de la verdadera profesión del mecánico, se rió, pero guardó el secreto recién contado con la idea de “uno nunca sabe”...
Meses más tarde se enteró de la humillación más grande que podría haber sufrido, ella que había derribado todos los muros para entregarse plenamente en cuerpo y alma a aquel hombre en el que había puesto todos sus anhelos, sueños, desvelos y besos simple y llanamente se había largado con otra... después de noches en vela pensando en el porqué, en el cómo y en el cuándo, el sabor de la ira subió a su boca y enfrió sus pensamientos y recordó aquello de “uno nunca sabe”.Se encaminó por calles estrechas llenas de desperdicios, niños de la calle y perros pulgosos, el lugar tenía un rótulo a mano de taller mecánico. Preguntó por el tipo y él solo respondió: quién es y dónde vive? Ella estuvo presente, tuvo un costo extra pero no importó, el último aliento en la boca de aquel hombre fué para pronunciar su nombre.

Etiquetas:

viernes, noviembre 17, 2006

Una más

Una mamada más de este pinche país mierdero culo de chango y me largo a la chingada a mi casa en México

Etiquetas:

jueves, noviembre 09, 2006

Otro cuentito...

Tenía los dedos chatos y callosos culpa de ensartar chaquiras hora tras hora, ya fuera en su casa o en el puesto de Coyoacán... le parecía tan tedioso y era tan hábil a la vez que no sabía que pensar de si misma.
Su tata detrás de ella siempre medio adormilado por el mezcal, cuidándola de la gente de la ciudad; esa gente que la veía siempre curiosa, a ella, una morena de ojos negros y grandes con su huipil multicolor que debería tener hechos moño las cintas de los brazos en señal de que era soltera pero ya tenía edad suficiente para tener un marido, gran cosa, eso si que nunca le había hecho gracia, su casa de un solo cuarto no dejaba nada a la imaginación cuando su tata se trepaba sobre su mama como una bestia que jadeaba y pujaba sin recato; pensar que un hombre le hiciera eso la hacía sentir un nudo en las tripas. Cada vez que le llegaban los sonidos de aquel acto se cobijaba hasta las orejas y trataba de imaginarse en un lugar diferente a aquel con piso de tierra y sus tripudos y lombricientos hermanos durmiendo a su alrededor.
Ella era la única que trabajaba, la única con “buenos ojos” para bordar la chaquira con la que le daba vida a tigres, serpientes, paisajes y máscaras, le dijo su tata a la mujer que se acercó ese domingo, una mujer alta y rubia, hermosa como un sol, que hablaba tan chistoso y decía ser española.
No hubo tiempo de nada, su tata recibió gustoso los billetes y la apuró a tomar la caja con las chaquiras empujándola y diciéndole que hiciera todo lo que le dijeran. Caminó al lado de la mujer que le explicaba algo sobre un museo y le sonreía y le veía como nunca antes lo habían hecho con ella.....
Cuando la mujer le puso la mano sobre la mejilla y le preguntó su nombre, sintió que algo se encendía su vientre, me llamo Malintzin, dijo y supo que a partir de ese momento todo sería muy diferente.

Etiquetas:

domingo, noviembre 05, 2006

Sor Juana

Nunca había sabido de dónde había sacado el nombre su madre, sabía que su padre no se lo había puesto porque se había matado en “la obra” antes de que ella naciera; de su nombre no sabía ni escribirlo ni leerlo pero sabía que era famoso... en eso estaba pensando Sor Juana cuando se abrieron las puertas, ya iba tarde, eran 10 para las 8 y apenas estaba en metro Universidad, todavía quedaba un largo trecho para salir en metro Balderas y luego Pino Suárez, además anoche había olvidado comprar el jarabe para la tos.
Moverse en el metro en hora pico no era fácil y menos cuando se está embarazada y se jalonea una niña de cuatro años tras si.
Los trenes le parecían fascinantes y ver a todas aquellas mujeres tan peinadas y perfumadas con sus bolsos al hombro era el sueño hecho realidad sobre los cuerpos y las caras de otras, ella nunca había podido imaginarse así... ella con sus chanclas de plástico y su cabello lleno de liendres. El dolor de estómago le recordó que no sabía que hacer con la criatura no nacida que ya casi ni se movía y que la última vez que había comido había sido hace dos días: las sobras que un taxista arrojó desde su unidad ecológica. Por fin Pino Suárez, en cuanto se encontró la farmacia compró el jarabe, llenó el vasito del líquido sabor frambuesa e hizo que la niña lo bebiera. caminó un rato hasta que la niña se durmió. Se sentó sobre la banqueta con la niña sobre su vientre abultado y estiró la mano hacía la multitud, sobre su cabeza se leía Claustro Mayor de Sor Juana Inés de la Cruz.

Etiquetas:

miércoles, noviembre 01, 2006

Kitty Cat

Kitty Cat.....
Catalina tenía 17 años cuando su novio el Keroppi la dejó y la dejó porque no le quiso dar la prueba de amor. El Kero con su cara llena de barros y el color verdoso que tenía porque estaba malo del hígado.
Catalina se encerró 3 días a chillar y moquear en su cuarto de la Agrícola Oriental, trabajar en una overlock no daba para más.... Luego, salió a la Alameda, que tenía que tuviera que agarrar 3 peceras, se puso su ropa dominguera: pantalones de mezclilla y camiseta roja con un gato bordado... no sabía cómo, pero ese día se encontraría alguien mejor, alguien que no necesitara de llenarle de babas la boca ni de sudor sus blancas tetas.
La Alameda estaba llena, algodones de azúcar, chicharrones, jugos fruti keko y discos piratas... y ahí estaba ÉL: en una banca, fumando, con una camisa de seda y el cabello casi engomado... se llamaba Baldomero y tenía un negocio del que ella sería la única dueña porque se había enamorado así de rápido... con los días comenzó a llamarla mi Catita gatita..... y no, no le pedía la prueba de amor. Pasaron 6 meses de puro contento, Catalina se sentía otra, Baldomero la había invitado a trabajar en su negocio, dejaría la overlock en Huipulco...
La citó en el lugar, el “Badtz Marú” decía en neón... las tripas se le hicieron nudo, Baldomero ya la esperaba con un vestido algo encuerado y una pulserita con números colgando: “estas son tus fichas, ahora te vas a llamar Kitty, te vas a llamar Kitty Cat”...
....
PD: me dió hueva los requisitos del Metatextos.

Etiquetas:

Así o más?

Aunque uno diga que no.... los mexicanos somos tan fácilmente identificables como la cara de Osama bin Laden o de Mickey Mouse o del personaje de su elección.
Camionetotas dedicadas a un difunto, tortillas, música de banda o pasito duranguense, no señores, no... esos no son señales de mexicanidad....
Lo es la virgencita de Guadalupe, esa madre divina que todos dicen tener aun cuando sean unos hijos de la chingada poca o nada de madre.
Fotos familiares cobijándose con las alas del angelito que sostiene a la virgen con un photo editor bien chafota.... tapetes, zarapes, tatuajes, calzones, camisetas, stickers en la "troca", bolsas del mandado, bolsas de mano... Lupita la abuela, la madre, la sobrina, la nieta... virgencita apareciéndose en el horno de microondas, en el comal de las tortillas, en un árbol recién cortado... la virgencita hasta su pinche suerte de juradas contra el alcohol, el cigarro, el sexo, el futbol, los maridos golpeadores y los novios pendejos, la virgencita para proteger tu negocio, tu casa, el carro, la mascota... para que se te cure la roña, lo pendejo, el cáncer, si te "cayó" el diabetIs o el varis... total que esta mujer no tiene descanso; pero lo que hoy ví si me dejó estupefacta estúpida: miles de virgencitas estampadas en colores brillosos (si no no funciona) con su nombre en letras doradas EN EL LISTÓN DONDE TE CUELGAS TU GAFETE DE IDENTIDAD DEL TRABAJO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
...
Ya no sé ni que está de moda, me disculpo y me voy.